lunes, 24 de septiembre de 2007

Perdido

Tengo frío, hambre y no se donde estoy; hace horas que me separe de mi grupo, a mi linterna se le acabo la batería, donde sea que voltee solo veo bosque y nada mas.

A lo lejos escucho el murmullo del río, busco voces salvadoras que me ayuden a encontrar el camino, pero lo único que escucho es esa voz en mi cabeza que me dice: “Estas solo, nadie te esta buscando; te devoraran las sombras de la noche y lo único que puedes hacer es, esperar”. Me siento y lloro, mis gemidos resuenan en la inmensidad del bosque.

No se cuanto tiempo he pasado lamentándome; tal vez horas, quizá unos pocos minutos pero estoy harto de llorar. Me enjugo las lágrimas y comienzo a caminar hacia el río, según recuerdo ese río llega a un pueblo, quizás desde ahí pueda llamar a alguien para que me rescaten.

De repente me doy cuenta que el bosque se ha quedado en silencio, toda la vida que tenia pareció desvanecerse en un instante; sigo caminando, el río se escucha cada vez mas cerca, escucho un gruñido, volteo rápidamente pero solo veo oscuridad; siento una mirada, algo o alguien esta observando cada movimiento que hago. Me quedo alerta pero no me llega más que un mortal silencio. Me encamino de nuevo hacia el río, pero esta vez comienzo a correr; algo se puso en movimiento, trato de correr lo mas fuerte que puedo, volteo solo para ver un par de ojos como carbón encendido que se van acercando cada vez mas a mi espalda, tropiezo con una rama y comienzo a caer por una ladera, todo se ve confuso, las imágenes de la luna y el suelo pasan rápidamente ante mis ojos, siento dolor en varias partes, incluso me parece escuchar un hueso que se rompe; finalmente caigo en lo que parece ser el río, siento como si un millón de agujas se clavaran en mi cuerpo, pero rápidamente desaparece comparado con el dolor que empiezo a sentir conforme el río me va arrastrando mi percepción de arriba y abajo desaparece, siento mucho dolor en todo mi cuerpo. Pienso en mis padres ¿Por que no les dije que los quiero una ultima vez?, en mi hermano ¿Cuándo fue la ultima vez que le di un abrazo, en todos mis amigos ¿Cuántos irán a mi funeral?

Finalmente ya no siento nada, una profunda oscuridad me embarga, todo simplemente desaparece…

Comienzo a escuchar un pitido, rápidamente despierto; veo el reloj, las seis de la mañana. Ya casi es hora de irme de excursión.

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